No es realista esperar convertirse rápidamente en un experto en inversiones inmobiliarias si se está iniciando en este campo. La inversión inmobiliaria puede ser un negocio lucrativo y se puede ganar dinero comprando y vendiendo casas.
Sin embargo, requiere conocimientos, dedicación y capacidad. Asimismo, conocer algunos de los errores básicos que otros cometen cuando comienzan a invertir en bienes raíces le ayudará a evitar cometer los mismos errores. A continuación le presentamos seis de los errores más comunes.
Ausencia de una estrategia
Lo último que quiere hacer es comprar una casa y luego tener que pensar qué va a hacer con ella después. Cuando el mercado está en pleno auge, puede resultar difícil no lanzarse a la compra. Sin embargo, es fundamental que lo haga.
En primer lugar, debe decidir un plan de inversión antes de pedir un préstamo o depositar fondos. ¿Busca una vivienda unifamiliar o una multifamiliar? ¿Busca una escapada de vacaciones o una casa para todo el año? Cree una estrategia de compra y, a continuación, busque viviendas que se ajusten a esa estrategia.
Posibles estrategias
Reducción de los esfuerzos de investigación
La mayoría de las personas comparan varios modelos antes de comprar un vehículo o un televisor, y se hacen muchas preguntas para evaluar si el artículo que están contemplando vale o no el dinero que están gastando. La diligencia debida que debe realizarse antes de adquirir una vivienda debería ser mucho más estricta.
Las consideraciones sobre la investigación difieren para cada tipo de inversor inmobiliario, ya sean propietarios de viviendas personales, futuros arrendadores, flippers o promotores inmobiliarios.
No sólo debe hacer varias preguntas sobre la propiedad en sí, sino que también debe preguntar sobre la región circundante (barrio) en la que se encuentra la propiedad.
Al final, una casa preciosa no sirve de mucho si el vecino de al lado es una fraternidad universitaria conocida por sus fiestas nocturnas con barriles. A menos, claro está, que dirijas tus esfuerzos de marketing a los estudiantes que alquilan.
Hacer todo por su cuenta
Muchos compradores de viviendas creen que conocen el mercado inmobiliario y que pueden cerrar una operación por sí mismos.
Puede que haya realizado muchas transacciones inmobiliarias con éxito en el pasado, pero puede que el proceso no sea tan fácil en un mercado a la baja, y no hay nadie a quien pueda pedir ayuda si una transacción inmobiliaria no sale como usted desea.
Los inversores inmobiliarios deben hacer uso de todos los recursos disponibles y entablar amistad con especialistas que puedan ayudarles a realizar la mejor adquisición posible.
Una lista de posibles especialistas debería incluir, como mínimo, un agente inmobiliario con conocimientos, un inspector de casas profesional, un manitas, un abogado con experiencia y un representante de una compañía de seguros.
Un equipo de profesionales debería ser capaz de identificar cualquier problema en la vivienda o en la zona e informar al inversor de los mismos. Por otra parte, en el caso de un abogado, éste podrá alertarle de cualquier fallo en el título o en las servidumbres que pueda volver a molestarle más adelante.
Ignorar el hecho de que todos los bienes inmuebles son locales
Si quiere hacer selecciones de compra que probablemente le reporten beneficios, primero debe informarse sobre el mercado local.
Hay que investigar a fondo los detalles de los precios del suelo, los valores de la vivienda, los niveles de inventario, los problemas de oferta y demanda y otros factores. Aprender a reconocer estas características puede ayudarle a decidir si compra una determinada vivienda que sale a la venta.
Descuidar las exigencias de los inquilinos
Si quiere adquirir una casa para alquilarla, debe tener en cuenta quiénes serán sus posibles inquilinos. Por ejemplo, es probable que los solteros, las familias jóvenes y los estudiantes universitarios sean inquilinos potenciales.
Las familias desearán tener un bajo índice de criminalidad y escuelas decentes, mientras que los solteros querrán tener un fácil acceso al transporte público y una variedad de opciones de entretenimiento.
¿Dónde se encuentra la propiedad en relación con la playa u otras atracciones locales si pretende adquirirla como alquiler vacacional? Intente adecuar su inversión a los tipos de inquilinos que más probablemente alquilen en esa región concreta.
Obtención de una financiación inadecuada
Aunque la burbuja inmobiliaria en Norteamérica parecía haber estallado en 2007, todavía hay una gran variedad de opciones de financiación alternativas.
El objetivo de estos productos es permitir que los compradores adquieran tipos de residencias que de otro modo no podrían permitirse si utilizaran un acuerdo hipotecario más tradicional a 30 años.
En el desafortunado caso de que los tipos de interés suban, muchos compradores que contratan préstamos a tipo variable o ajustable o préstamos de sólo interés se verán obligados a pagar el precio.
No permita que esto le ocurra. Si los tipos suben, asegúrate de tener la flexibilidad financiera necesaria para seguir haciendo los pagos o un plan de respaldo en caso de que necesites refinanciar tu hipoteca a un préstamo más tradicional de tipo fijo más adelante.
Subestimación de los gastos
El hecho de que tener una casa implica mucho más que simplemente hacer el pago mensual de la hipoteca es algo de lo que todo propietario puede dar fe. Esto también es cierto para los inversores inmobiliarios, como es de esperar.
Es necesario gastar dinero en el cuidado del jardín y en asegurarse de que los electrodomésticos (como el horno, la lavadora y la secadora, el frigorífico y la caldera) están en buen estado de funcionamiento, por no hablar del gasto que supone construir un nuevo tejado o hacer modificaciones estructurales en la casa. También hay que tener en cuenta el seguro y los impuestos sobre la propiedad a la hora de determinar el presupuesto.
El resultado final
Si invertir en bienes inmuebles fuera sencillo, todo el mundo lo haría, pero no es así. Afortunadamente, muchas de las dificultades a las que se enfrentan los inversores pueden evitarse llevando a cabo una exhaustiva diligencia debida y preparándose con antelación antes de firmar un contrato.